El olivar tradicional es aquel en el que los olivos son árboles centenarios y/o milenarios y tiene una baja densidad de plantas, generalmente inferior a 200 árboles por hectárea.
Si, a demás de las características anteriores, el olivar presenta una pendiente superior al 30% nos encontramos ante un olivar tradicional de montaña.
Es el olivar de nuestros bisabuelos, abuelos y padres que ha pasado de generación en generación.
En este tipo de cultivo los costes de producción son más altos que en los olivares intensivos y superintensivos.
Es por esta razón por lo que el olivar tradicional y, especialmente el de montaña, está en peligro de desaparición, ya que los precios actuales del aceite no cubren los costes de producción de mismo.
Con la desaparición del olivar de montaña desaparecería el medio de subsistencia de pequeños agricultores que se verían obligados a abandonar sus pueblos lo que conllevaría, también, la despoblación de muchas zonas rurales.
¿Qué opciones tiene el agricultor tradicional?
Los agricultores del olivar tradicional pueden abandonar sus cultivos o pueden optar por producir a AOVE de calidad superior procedente de estos olivares de montaña, tal como se expone en el este artículo de la Vanguardia.
¿Cómo apoyar al olivar de montaña?
Para la subsistencia del olivar de montaña tradicional no es suficiente que los propietarios apuesten por la obtención de aceite premium, también es necesario que los consumidores entiendan y valoren el producto, así como el apoyo de las administraciones e instituciones públicas y privadas facilitando la producción y comercialización del AOVE de montaña
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Apadrina un olivo
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